Hubo una época en que sus
compañeros de clase lo martirizaban llamándole cosas. «Ojos de pez ¿qué hora tienes?», «Carasapo ¿me prestas los apuntes?, «Iguana, te la vas a cargar». La letra se repetía con leves
variaciones y la música siempre era la misma. Los responsables eran un par de
ojos saltones como los de un camaleón que presidían la cara de Miguel y que, a
menudo, le hacían envidiar las facultades del reptil. Pero aquella época estaba
enterrada bajo décadas de paciencia, buen humor y, últimamente, incluso
nostalgia.
Treinta y tres...
Treinta y tres maneras de ver la vida (o treinta y tres opciones para no verla).
Del cielo llovieron colores, de P.T. Debonair (Pere Gallardo-Torrano), es una colección de treinta y tres relatos breves cuyos personajes transitan por el mundo de puntillas, como para no ofender con su existencia. Su viaje es fugaz, pero intenso. En su deambular, algunos encuentran paisajes inesperados, otros descubren mundos interiores, otros, en fin, creen recordar tiempos mejores. Todos, sin embargo, aspiran a olvidar sueños grises y pugnan por proyectar en el futuro sus deseos en color.
jueves, 20 de febrero de 2014
Ojos de pez
Etiquetas:
generosidad,
incomprensión,
injusticia,
nostalgia
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